La empatía es ponerse en los
zapatos del otro, FALSO. Nadie puede
ponerse en los zapatos del otro porque la vivencia, los sentimientos y las emociones
van a ser muy distintas desde lo que ha vivido cada uno.
Ser empático es la capacidad
de conocer cuál es la experiencia del otro sin juzgar. Conocer lo que está pasando,
que sensaciones está experimentando, que emociones surgen, como está actuando
ante los hechos presentes y para qué hace lo que hace.
Claves
para llevar una empatía eficiente
Escucha lo
que está tratando de decir, no interrumpir o intentar dar un consejo cuando no
te lo han solicitado, en muchas ocasiones las personas solo queremos ser
escuchadas y no que nos intenten solucionar los problemas. Sí quieres dar tu opinión
pregunta antes de decirla.
Toma
en cuenta lo que siente la persona con la que estas, aunque no estés
de acuerdo con lo que hace, siente o sea muy exagerada su expresión, pero así es
como lo está viviendo. Intentar aumentar o disminuir los sentimientos de la
otra persona puede perjudicar la relación entre ustedes y que te digan “no me
entiendes”.
Proponer
una
posible solución es impulsar a la otra persona a que genere su propia idea de
que es lo que puede hacer para que mejore alguna situación, pero para esto hay
que preguntar primero ¿te puedo proponer algo? Proponer no es lo mismo que
solucionar.
No
te responsabilices de lo que le pasa a la otra persona, al
sentir culpa, compasión e intentar solucionar lo que siente el otro es
una forma de quitar la capacidad y potencial para que desarrolle la habilidad
de enfrentar la vida diaria.
Cuando estés compartiendo el
tiempo con una persona revisa que sensaciones están en ti antes de decir o
hacer, checa que emoción surge y que es lo que quieres hacer.
“Yo soy yo, y tú eres tú;
no estoy en este mundo
para llenar tus expectativas;
ni tú las mías;
yo hago mis cosas
y tú las tuyas”.
-(Fritz Perls)